Un artículo escrito por Manuel Báez de GTI Academy

En el mercado español, los talleres multimarca siguen siendo una opción preferida por muchos consumidores debido a su relación calidad-precio, cercanía y flexibilidad. Pero no hay que relajarse, porque la velocidad de los cambios es cada vez mayor y la rentabilidad cada vez menor.

Quizás hoy no lo veamos, pero debemos sentarnos, dejar de reparar, ponernos en modo empresario y pensar en lo que va a requerir el taller en un plazo medio.

No lo vemos porque hoy, en 2024, tenemos unas cargas de trabajo desmedidas. Talleres de tres operarios con 60 coches en gestión es algo habitual, aunque no bueno, en el taller electromecánico. Este volumen no significa que vayamos a obtener la rentabilidad deseada. Al contrario, tenemos operaciones que, de antemano, se sabe que provocarán una “pillada de dedos”.

¿Y cuánto va a durar esta situación de altas cargas de trabajo? Pues no creemos que mucho; los ciclos de mercado así nos lo han demostrado continuamente en este sector. Y no nos olvidemos de las marcas y la apuesta que están haciendo por la postventa, considerando el impacto que tienen el servicio y el recambio en los resultados globales de sus concesionarios.

El taller independiente se enfrenta también a una competencia creciente de las redes oficiales de concesionarios y de plataformas tecnológicas emergentes que ofrecen servicios a domicilio y experiencias más digitalizadas. Además, la electrificación y los avances en la tecnología de los vehículos (vehículos eléctricos, híbridos y sistemas de asistencia avanzada al conductor o ADAS) suponen un reto que afecta tanto la operativa como la capacitación técnica.

Así que pensemos en el mañana y decidamos qué taller queremos ser. Pero preparemos nuestra economía, porque vienen curvas.

Aparte del aspecto comentado sobre la postventa, el sector independiente no debe ser ajeno a la realidad de esta fase de transformación significativa, un entorno cambiante marcado por requisitos medioambientales, la evolución del cliente y la integración de nuevas tecnologías, tanto digitales como de combustión.

Las inversiones serán clave para seguir ofreciendo una calidad excelente sin perder el valor diferencial del taller independiente. Como ya mencioné en la primera frase de este artículo, el taller independiente sigue siendo la opción preferida por muchos consumidores debido a la relación calidad-precio, cercanía y flexibilidad. Pero sin inversión no se podrá ofrecer el servicio que se demande. Y repito: la rentabilidad del taller cae, y sin pulmón financiero las inversiones se complican, incluso al buscar financiación.

Además, es fundamental invertir en talleres más eficientes. La legislación europea y nacional para reducir las emisiones de CO₂ afecta directamente a los talleres multimarca, con normativas más exigentes en cuanto al tratamiento de residuos, reciclaje y consumo energético.

Será necesario buscar equipos de tratamiento de residuos más sostenibles y equipamiento para reducir la huella de carbono. La adopción de tecnologías limpias, como el uso de herramientas que generen menos emisiones o la implementación de sistemas de iluminación eficientes, se han vuelto ya aspectos prioritarios.

Esta situación preocupa especialmente a los talleres de menor tamaño. Con las rentabilidades medias del taller independiente, se hace difícil pensar en estas inversiones hoy en día. Será crucial estar informados sobre subvenciones o ayudas disponibles para cumplir con los requisitos.

En cuanto a la imagen del taller, la evolución del cliente hacia un perfil más digital y exigente en sostenibilidad está moldeando la manera en que los talleres deben operar. Los consumidores buscan cada vez más experiencias digitales, como la reserva de citas online o el seguimiento en tiempo real del estado de la reparación. Esta trazabilidad requiere de sistemas DMS y aplicaciones para la conectividad taller-cliente.

Además, los conductores están más interesados en servicios ecológicos y de alta calidad, prefiriendo talleres que garanticen procesos responsables y transparencia en el uso de materiales y recambios. Este cambio de comportamiento obliga a los talleres a modernizar sus procesos y herramientas para alinearse con las expectativas del cliente del futuro. Una imagen menos técnica que la actual y más enfocada en la experiencia del servicio será clave. Imagen física e imagen digital: habrá que empezar a publicar más sobre servicio y menos sobre reparación.

Todo esto requiere una inversión significativa. ¿Estamos preparados financieramente para abordar estas inversiones?

Y, cómo no, no podemos cerrar este artículo sin hablar del problema del talento. Habrá que seguir apostando por la formación y por condiciones laborales de conciliación atractivas, así como por planes de carrera para el desarrollo del personal.

Además, el tema económico sigue siendo crucial. Creemos firmemente que la profesión no está remunerada adecuadamente en relación con la responsabilidad y preparación que requiere el puesto de técnico. Sin talento no hay eficiencia, y la eficiencia es la clave de la rentabilidad del taller.

Los planes de formación deben incluir módulos técnicos sobre los sistemas de combustión actuales y los nuevos sistemas eléctricos, pero también enfocarse en habilidades digitales como el diagnóstico electrónico y el uso de software avanzado.

En resumen, reflexiona: cambia o sigue igual. Pero si sigues igual, no esperes resultados diferentes.

El sector de la postventa y los talleres multimarca independientes en España se enfrenta a una transformación sin precedentes. Adaptarse a los requisitos medioambientales y capacitarse en nuevas tecnologías representan grandes retos, pero también oportunidades para destacarse en un mercado cada vez más digitalizado y orientado hacia la sostenibilidad.